Licor 43: El secreto dorado que se toma y mezcla mejor entre risas y con gente guapa

Hay bebidas que nacen para brindar, y otras que nacen para quedarse grabadas. Licor 43 es de las segundas. Porque no solo te deja buen sabor en la boca: te deja una historia, una sonrisa, y muchas ganas de repetir.

En la Bodeguita de Enmedio, donde la música siempre lleva el ritmo justo y las conversaciones nunca se apagan, hay algo que se repite casi sin querer: el momento Licor 43. Lo ves en los brindis con cara de “esto está más bueno de lo que esperaba”, en las miradas de “¿qué le habéis echado a esto?”, en las sobremesas que se alargan hasta que las velas se apagan solas.

Y es que cuando algo tiene tanto encanto, hay que celebrarlo.

¿Qué demonios tiene este licor que gusta a todo el mundo?

Licor 43 no es un licor cualquiera. Tiene nombre de peli, color de atardecer veraniego y un sabor tan equilibrado que te hace dudar si es dulce, exótico, o simplemente perfecto. Pero su secreto está en la receta: 43 ingredientes naturales, ni uno más, ni uno menos. Y no, nadie los ha desvelado del todo. Como todo lo bueno, hay que dejar algo al misterio.

Sabemos que lleva vainilla, frutas, especias del Mediterráneo, y algo de magia (no está en la etiqueta, pero te lo prometo). Y eso le da ese sabor suave, envolvente, que se te queda en la memoria como el buen reguetón: pegajoso, en el buen sentido.

En la Bodeguita lo servimos solo, con hielo, en cócteles… y hasta con café. Pero ahora vamos a eso. Primero, un poco de historia, que esto viene de largo.

¿De dónde sale el Licor 43?

Agarra fuerte la copa, que la historia es buena. Nos vamos a la Cartagena romana, siglo I. Sí, más de 2000 años atrás. Se cuenta que en esa época ya se hacía un brebaje con frutas, hierbas y especias que llamaban “Liquor Mirabilis”. Un licor milagroso, vaya. Y aunque los romanos intentaron prohibirlo (cosas de emperadores aburridos), el pueblo lo escondía, lo cuidaba y lo seguía bebiendo. Como tiene que ser.

Siglos después, en 1946, una familia cartagenera decidió revivir esa tradición y embotellar el milagro. Así nació el Licor 43 moderno. Desde entonces, no ha parado de ganar fans por todo el mundo. En copas largas, en chupitos, en cócteles elegantes o improvisados. Porque tiene esa versatilidad rara: te sirve igual en una primera cita, en una sobremesa familiar o en una fiesta con DJ y luces bajas.

¿Cómo se hace?

Tranquilo, que no voy a ponerme técnico. Pero te cuento lo esencial:

1. Se seleccionan los 43 ingredientes (sí, aún no sabemos todos cuáles, pero ahí están).

2. Se infusionan con alcohol neutro, dejando que las esencias salgan con calma, como cuando cuentas un buen chisme.

3. Luego viene una maduración lenta, donde el licor reposa, se calma, y gana ese cuerpo dorado y brillante.

4. Finalmente, se embotella con mimo, porque esto no es una bebida de pasar el rato. Es de quedarse.

Todo este proceso se hace aún en Cartagena. Como los amores de verdad: nacen en casa y se exportan al mundo.

¿Y cómo se toma en condiciones y con que se mezcla?

Aquí viene la parte buena. Porque en la Bodeguita no nos gusta lo típico, pero con Licor 43 hacemos algunas excepciones… y muchas versiones:

1. Solo con hielo

El clásico. Frío, suave, perfecto para empezar la noche o cerrar la cena. En terraza, viendo la gente pasar, escuchando buena música de fondo… sabe mejor.

2. Con café – El carajillo deluxe

Ponle un espresso, un chorrito de Licor 43 y verás. Lo llaman “barraquito” en Canarias o “café asiático” en Murcia, y nosotros simplemente decimos: ¡madre mía! Con o sin azúcar

3. Con leche – Leche 43

Sí, suena inocente, pero es peligrosamente bueno. Frío, dulce, cremoso. Como un postre con personalidad. Con una rodaja de lima o de limón. Y muchos cubitos de hielo.

4. Con cola – El 43-cola

Refrescante, veraniego, muy Bodeguita. Como un Cuba Libre, pero con más estilo. O con el jugo de alguna fruta fresca como la naranja. 

5. En cócteles

Aquí es donde nos venimos arriba. Mojitos con 43. Piñas coladas con 43. Margaritas con 43. Tú tráete la idea, que nosotros le damos forma (y vaso). Lo puedes mezclar con un poco de ron, whisky, tequila, vodka o brandy como si fuera un trago o un combinado. O con un refresco.

¿Por qué nos gusta tanto?

Porque no necesita disfrazarse. No intenta parecerse a nada. Es Licor 43 y punto. Tiene el equilibrio perfecto entre dulce y especiado, y algo que no se puede explicar: ese factor wow que solo tienen las cosas bien hechas.

En la Bodeguita, donde cada noche es diferente y cada grupo trae su historia, el Licor 43 siempre se adapta al momento. Puede ser sexy, divertido, nostálgico o travieso. Como tú, como yo, como todos los que vienen a esta terraza a brindar sin prisa.

Vente a la Bodeguita, que aquí el Licor 43 sabe mejor

No hay excusas. Si nunca lo has probado, esta es tu señal. Si ya lo conoces, sabes que aquí lo servimos como nadie. Frío, bien mezclado, y con el mejor ambiente de Madrid. Porque en la Bodeguita de Enmedio no te damos una copa: te damos un momentazo.

¿Tienes algo que celebrar? ¿Un cumple, una cena, un evento con colegas? Pues alquila nuestro espacio, tráete a tu gente y déjanos ponerte un 43 en la mano y una sonrisa en la cara. El resto… se da solo.

Bodeguita de Enmedio. Música buena, gente guapa, y el mejor Licor 43 del centro de Madrid. ¿Hace uno?