¿Cava o champán para tu evento?

En cualquier evento hemos visto brindar con cava o champán. Las personas se decantan por uno u otro, muchas veces sin entender los cambios existentes entre ambas bebidas. En el fondo, ambas opciones son perfectas para cualquier celebración.

¿Por qué el cava y el champán se sirve en las celebraciones?

Debemos remontarnos hasta el siglo XVII, cuando hace su aparición el champán, descubierto en Francia por Dom Perignon. Desde entonces, y dada su baja producción, solo accedían a esta bebida los nobles, que ofrecían una cantidad grande de dinero para hacerse con la exquisitez de su sabor.

No tardó la burguesía del siglo XIX en imitar las costumbres de la nobleza. A pesar de poseer menos riquezas, hacían un esfuerzo durante las festividades para conseguir una botella de este famoso champán, asociado a la alta alcurnia.

En el siglo XX, siguiendo la tradición burguesa de llevar a lo más alto una determinada celebración e imitando los festejos del motor, no tardará el público en demandar esta bebida durante días señalados, motivando la producción de la misma.

El cava hará su aparición para competir con la bebida de origen francés y para satisfacer la demanda del ciudadano, que no dudará en no escatimar ante importantes eventos, como las fiestas de fin de año, bodas, cumpleaños, etc.

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¿Cuáles son las diferencias entre el cava y el champán?

Una de las más destacadas es la denominación de origen. Hay quienes atribuyen el champán exclusivamente a Francia, país del que es originario. Por su parte, el cava es de producción mediterránea, aunque dentro del suelo español ha llegado a abrirse el mismo debate acerca de su origen.

Una diferencia más directa para nuestro bolsillo es el precio. El champán, que ha querido seguir representando a una clase alta, mantiene un coste bastante alto, aunque en los últimos años hay marcas que ofrecen versiones más económicas. Por su parte, el cava se presenta como una opción más barata, pero sin ser de baja calidad.

Con respecto a la uva, existen diferencias, dado el clima en que se cultivan. El champán mantiene sus variedades Pinot Meunier, Pinot Noir y Chardonnay, aportando más acidez a su sabor. En cambio, el cava, además de usar la uva francesa, apuesta también por las variedades Parellada, Macabeo y Xarello.

Debido a la acidez de la uva francesa, requiere un añadido de azúcar superior que el cava, favorecido su dulzor y sabor afrutado por las tierras mediterráneas, más ricos en sustratos.

Cualquier evento es bueno para brindar con cava o champán. Al final, el sabor es lo que cuenta.